jueves, 27 de marzo de 2014

Una historia que se me ocurrió al amanecer

              

             Bueno amigas y amigos, he decidido en el post de hoy, hacer una de mis típicas historias de las que a nadie le gustan, de esas que nadie quiere oír, pero que solo y siempre un minúsculo 1%, lee y comunica a los flojos lo que realmente pasó chocando con las malversaciones de la información original, ya sin más mierda ni preámbulos, he aquí mi historia:




     El día en el que el loco despertó soñando a los desconocidos

        

         Recuerdo, si, era un martes, recuerdo además el olor del desayuno en mi habitación, si, además, recuerdo a la tendera, sí, era una mujer noble de carácter recio pero compasivo, si, me acuerdo perfectamente de cómo hablaba y de su tic nervioso con la “j”, si, si me acuerdo perfectamente de eso. También me acuerdo perfectamente de que todo, poco a poco por el día fue marchando a través de una serie de eventos inesperados y mal cronometrados, si, me acuerdo, también me acuerdo de que después de levantarme y hacer mis labores matinales, recuerdo que ese tenía un encargo especial en la oficina de patentes, ahí mismo en Zurich, solo en unas horas debía estar en el trabajo, recuerdo que era el cumpleaños de Johan, y que además tenía un par de trabajos atrasados, pero eso no es lo importante, lo que radica aquí, fue lo que pasó más adelante.


               Me puedo acordar bastante bien que al momento de estar preparado para partir al trabajo, la naturalidad de que las cosas fueran bien y con normalidad se fue por el resto del día, y lo que pasó fue que, al momento de que bajase para desayunar lo que me había hecho la mucama a mí y a los demás inquilinos, el olor que se respiraba en el ambiente era peculiar, ya que reflejaba cierta comida que era resaltante, con algo de picante tal vez, pero al final, no estoy seguro, pero lo que sé es que al bajar e ir al vestíbulo principal, que era donde estaba el comedor, en vez de encontrar al habitual tumulto de idiotas con quien compartía solo una cosa, la vivienda, ya que todos éramos vecinos comunes, claro, el punto aquí es que, no había nadie conocido, las únicas personas eran un par de sujetos vestidos a la vieja usanza, además de que uno estaba leyendo el periódico y el otro tomándose un café y viendo una “tablet” haciendo yo que sé, lo que podía observar era que dichos hombres eran ciertamente jóvenes, pero claro, lo que resaltaba es que, por sobre todas las cosas, era unos completos desconocidos, no los reconocía ni por todas las fotos del mundo, una incrédula y extraña sensación resaltó en mi interior, rompiendo casi cualquier barrera de lógica y pensamiento, y era que me resultaban extrañamente seres de otro tiempo, que habían venido sin una clara explicación, esto confirmo mi estado vago de locura que empezaba a manifestar, y poco a poco mis pasos para aproximarme a estos sujetos fue  haciéndose cada vez más lentos, lo que me dejó como una pesadilla, en esto al detectarme, uno de los sujetos habló:

-¡Hola!

No respondí

-¿Hola?

-Ah, emm, hola

-Usted debe ser el  señor Henry ¿o me equivoco?

-Está en lo cierto, emm, disculpe ¿quién es usted?

-Por ahora, soy, un amigo de la mucama, de Gina


-Pero, a lo que me refiero es, a su nombre

-Aah, sí, soy Klaus, al menos por ahora, una pregunta, sabe usted, donde está Gina, que hemos venido a buscarla

-Emm, sí, ella, voy a ver si está por algún lado, si pueden, por favor, esperen, aunque no la he visto por ningún rincón de la casa



             En eso momento, empecé a buscarla por la casa, claro lo que no conté fue que estos sujetos venían a buscarla por alguna extraña razón, ya que, cuando un par de sujetos que sabrá quien, quienes son y a qué han venido, porque no creo que una mucama de una casa de inquilinos tenga contacto con un tal Klaus y el otro, pero bueno, eso solo seguía distrayéndome, además de que dichos sujetos nunca los vi venir, a parte, ya llevaba recorriendo varias habitaciones, hasta que por supuesto, conseguí la que debía, que era la cocina, además que esperaba encontrar a Gina allí.


          

          Extrañamente, eso nunca pasó, ya que al llegar a dicha habitación no encontré absolutamente nada, siendo que ella se levanta, al menos de costumbre muy temprano para preparar el desayuno, lo que me pareció raro fue que ninguna comida estaba preparada, eso sí que me extrañó, además de que todos los utensilios estaban limpios y en su lugar, luego, decidí irme hasta arriba, para ver que encontraba, si había alguien que me dijera que había pasado o al menos, saber si encontraba las respuestas a todo lo que me había pasado esa misma mañana.


              Cuando llegué al cuarto de arriba, en el que se suponía en el que la señora Gina dormía, lo que encontré me sorprendió, me dejó sórdido a todo, y además, que casi caigo de plano al suelo. Si era de importancia saber donde se encontraba la tal Gina, pues resulta que ella, bueno, estaba ahí, al menos una parte, porque lo que hallé dejaría atónito a cualquiera, ya que se encontraba su cuerpo suspendido en el aire colgando de una soga, eso, fue lo que encontré, era algo sin duda hórrido, me dejó boquiabierto y paralizado, es aparte, algo que me dejó confundido, porque, acaso, Gina ¿se había suicidado?



           Me había dejado perplejo la idea de esto, claro, nunca llegué a esperármelo, era obvio, pero, lo que me estuve preguntando cuando conseguí reponerme, fue, ¿por qué razón se suicidó?, esto me llevó a cuestionarme muchas cosas de ella durante un tiempo, pero lo que observé en la habitación tratando de evitar el cuerpo colgante fue, precisamente, una nota, algo que era raro, como si esperara que dejase que alguien la encontrara, algo que además no era carácter de ella, no era una conducta que solía tener, acerca de dejar sus cosas o “datos” personales a casi la luz pública, no me pareció para nada común, porque al acercarme, lo que encontré en dicha nota fue:
           
                 “1-12-53-477-449-532-493-20-E-13-R:337-1”


              No entendí, al principio, de qué se trataba lo que había escrito, como si fuera un bizarro número telefónico, un número de contacto, algo con lo que sirviese para llegar a algún lugar, como unas coordenadas que servirían para algo, busqué en mi celular que cargaba a la mano las coordenadas que al parecer debían servir  de algo para llegar a alguna parte de la Tierra, obviamente, nada de eso me sirvió, porque no encontré nada.





                Bajé y, como si algo me dijese, algo que se comunicaba conmigo a través de “otra dimensión”, sentí que esos sujetos tenían algo que ver, un sentimiento de maldad sentía que brotaba de dichos sujetos que estaban esperando allá abajo, sentía que dicha presencia me “decía” que dichos hombres eran parte de algo que causó tal vez, mucho mal, no en la Tierra, sino, aunque suene disparatado, en el universo, algo que jamás creería yo que terminaría sabiendo que pasaría, esto causó un escalofrío en mi interior, causo que se estremeciera mi espíritu al pensar que dichos sujetos cargarían con el poder de ser los verdugos de la destrucción. Después de moverme lo necesario por la casa, lo que sentía a continuación fue un gran alivio, una calma esclarecedora, algo que se volvió una cascada calmante por toda mi conciencia, esto sin duda fue un conjunto de sentimientos, que sacudieron como un torbellino mi ser, fue algo que sin duda me dejó una huella, fue algo de otro mundo, porque al sentir aquella sensación, era como un desequilibrio en el espíritu, en el ambiente, algo que seres como los monjes del Tíbet, podrían explicar, era un desbalance, una caída, esto, al estar yo seguro, supe al instante que estos individuos no simbolizaban nada bueno, por ello decidí mentir acerca de lo que pedían sobre la mujer, esto claro, si llegaban a saber acerca de todo, obviamente no me esperaba nada bueno, porque estaba decidido a enfrentarme aunque fuese un suicidio.



           Bueno amig@s, si les gustó por favor denle un like, compartan, comenten, no sean egoístas coño, no seas malo, ya que, si no lees este blog, Josue Yrion te observará por las noches, mientras duermes


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