Pesadillas estelares
Allá, hace tiempo, mi abuelo me contaba
historias acerca de los viajes espaciales, cosas que aparentemente él vivió
como viajante, un explorador en el departamento de exploración de la
confederación de regiones, él, como muchos otros exploradores, llegó a vivir
ciertas cosas, cosas que lo marcarían de por vida.
Mi abuelo se llamaba Dominic, él, en una
misión, en cierta misión que lo dejó en inactividad por unos 2 años, una misión
que perturbó a todo el departamento de exploración espacial. La misión, era
algo simple, ir a una de las lunas de Júpiter desde la central de Marte, para
explorar si habían trozos de hielo para traer agua a Marte, al ser un planeta
desértico necesitaba agua, que era, hasta ese punto de lo que tenía que
depender de otros planetas.
Dominic, como buen explorador, como buen
científico, decidió aceptar la misión, como un contrato que ayudaría a su
currículum, así que al momento de iniciar el viaje, él, estaba algo triste,
debido a su esposa, y que además tenía dos niños. Por su parte, Dominic estaba
lo suficientemente preparado para su partida. Ya saliendo a varios kilómetros
de la superficie marciana, Dominic sentía angustia, pavor, debido a que
percibía una sensación de lejanía, de posiblemente no volvería.
Pasaron los días, las semanas, casi que un
mes, incluso ya con la tecnología de dicha época, se tardaría por la distancia
entre estos cuerpos celestes.
Ya muy cerca de la superficie de la luna
Europa, la nave estaba alunizando, Dominic, viendo a la deriva de la dicha
superficie, realmente, no había visto nada, solo hielo, y más hielo, y más
hielo, y, aún más hielo, eran cantidades exorbitantes de material frío, además
de que las temperaturas eran sumamente bajas, demasiado, por tanto tenían
trajes que soportasen dichos niveles.
Ya teniendo varias horas de estar en la
superficie de dicha luna, los exploradores se dispusieron a bajar los aparatos
de medición, y demás cachivaches, pero algo que Dominic sentía, es que poco a
poco se asentaban ahí mismo, el miedo era mayor, porque sentir que tus gritos
no se puedan escuchar, el hecho de que ningún tipo de “guardaespaldas”
estuviera con ellos, como si, cuando les pasase algo, nadie sabría nada.
El miedo, cesó, como si de la nada un
tsunami se detuviera y se deshaciera, esto debido a que empezaron a ver que
dicha luna no era algo del otro mundo, era algo más o menos “habitable”, lo más
rudimentario, además de que dicha luna tenía una especie de “oxígeno” porque
era una luna de hielo, y habían algunos lagos en donde, gracias a un básico
sistema de luminiscencia del sol, parte de los trópicos de la luna, en donde estaban
los lagos, se evaporaban, y esto a su vez causaba tormentas, un poco de oxígeno
y demás fenómenos naturales que ocurrirían en un cuerpo celeste con agua.
Mientras Dominic se quedaba viendo el albor
nevado de aquella visón desde la ventanilla, uno de los exploradores, de hecho,
una mujer, Alhura, se le acerco, y casi como seduciéndolo:
-¿Qué te pasa?-
-emm no nada-
¿No, en serio, quiero
saber qué te pasa?-
-es solo, que me siento
solo, desolado, como si algo pasara y no pudiéramos hacer nada-
-de seguro te afectó la
comida deshidratada, tranquilo, nada pasará… aquí…-
En ese momento, Alhura lo va a abrazar,
Dominic, casi sintiéndose atrapado no consigue llegar a hacer un “click” de
conciencia, no llegaba a “despertar” de cierto letargo, algo que lo mantenía
sujeto a algo, como un conjuro de alguna civilización antigua que lo dejase
atrapado en la luna Europa, como si toda su vida no hubiese valido nada.
-Dominic, no tienes por
qué sentirte así, tranquilo-
-no sé qué hay aquí, no sé
qué pasó aquí, pero aun así, me siento intranquili-
-calma, yo estoy aquí-
Casi sintiéndose presionado, Dominic se
giró, Alhura y él se quedaron viendo por unos segundos, y casi por una fuerza
sobrenatural, ambos se dieron un beso largo y aletargado, con una sensación de
calma del cosmos.
Se separaron después de un par de minutos,
Alhura se giró, y de reojo miró con una sonrisa lujuriosa a Dominic.
Pasaron unas horas de exploración de las
inmediaciones, el frío se apoderaba de los huesos de sus compañeros, pero,
mientras él, Dominic, seguía viendo la lejanía del plano cósmico que se alzaba
en dicho cielo, además, podían calcular que por ese momento, era de tarde, y allá,
a un costado, se podía ver al gigante naranja, su tamaño era simplemente
colosal, Júpiter, era el guardaespaldas contra asteroides de los demás planetas
en el sistema solar, ahí pensó Dominic, que la vida, “allá afuera” era más que
una teoría, una certeza matemática, y que además, al ser así, ¿quién diría que
no habría vida allá abajo, de la gruesa capa de hielo que estaban emplazados?,
allá en el fondo, ¿quién diría que no podría haber una biología completa allá,
con sus distintos tipos de alimentos, especies, fenómenos marinos?, y además,
depredadores.
Cuando se estaba haciendo de noche y
Dominic se estaba encargando de establecer una red compartida con los
emplazamientos en los anillos de asteroides cercanos, para la transmisión de
radio, él sintió como si de la nada, uno de sus compañeros de misión le pasase
algo, al parecer, un fenómeno cósmico causó que se perdieran comunicaciones con
uno de sus compañeros de misión, su señal de radio, la señal de Rodrick, se
había perdido o caído, así que desde ese punto sonó la alarma de emergencias en
el la base.
Dominic interrumpió los canales privados
entre los mismos exploradores y enseguida transmitió el mensaje de emergencia,
la voz se le secó un poco, tragó saliva y dijo una y otra vez que Rodrick se
había perdido, no había remitido frecuencia ni ninguna emisión de señal.
Cuando Dominic se puso el traje encima y se
animó a salir a ver qué pasó, se dio
cuenta que la gente, los exploradores, estaban todos parados enfrente de él, en
fila, lo primero que seguro pensó de manera muy ingenua, es que es una broma
por parte del grupo, pero no, todos estaban muy serios, con caras hasta de
preocupados, incluso llegando a la angustia, y con tono reflexivo Dominic
preguntó que, ¿qué había pasado?, el silencio fue mortal, nadie habló, y en ese
instante, Malcolm dio un paso adelante y con una voz temblorosa se dirigió a
Dominic, diciendo –será mejor que lo veas tú mismo-.
Habiendo seguido Dominic a Malcolm y al
grupo completo, llegaron a una ensenada, como si fuera un valle inmenso, claro,
lo que fue como un choque psicológico fue que en todo el medio de dicha
ensenada, dicho largo valle, había una torre, algo que contradecía a toda
lógica, y que en aquel momento destruía todos aquellos estudios, experimentos y
demás información habida y por haber sobre la vida en otros mundos.
Se alzaba una torre de aproximadamente 250
a 270 metros de alto, con un color oscuro que contrastaba con lo blanquecino de
la nieve, una torre que parecía estar hecha de un material negro, como si fuera
piedra y metal, pero que además lo que aterraba aún más todavía es que a los
pies del grupo, ahí estaba algo, un cuerpo, el cadáver de Rodrick. Cuando lo
encontraron, se dieron cuenta de que la cara y la piel estaban ya todas carcomidas
por algo, como si fuera un extraño virus, y que además tenía marcas, ronchas
oscuras y de mal parecer por toda la piel, sin duda, esto los marcó.
No faltaría decir que se llevaron el cuerpo
de Rodrick, se lo llevaron hasta la nave, ahí, lo dejaron en el sector de
análisis, algo que pasó y que perturbó a Jan, una de las mujeres del grupo, fue
que ella, que era la encargada del análisis químico de los elementos y objetos
y demás cosas que se conseguían durante su expedición es que al momento de
revisar el estado biológico del cuerpo de Rodrick es que este se hallaba con
niveles altísimos de dióxido de carbono, y además estaba bañado de radiación.
Lo que perturbó aún más todavía a Jan, es
que al revisarle los ojos del cadáver estos estaban bañados en algo blanco, la
pupila y el iris estaban totalmente blancos, pero lo que causó que ella soltara
un grito en cielo es que al momento de abrirle los ojos, estos se movieron y se
le quedaron mirando, y, aunque ella estuviese en un rincón, los ojos del cadáver
giraron lentamente hasta donde estaba ella, y de repente, se cerraron.
Pasaron unas horas, mientras en el cuarto
de cámaras de monitoreo, Dominic estaba chequeando unos datos acerca de la
misión, la cual tenía por objetivo investigar la superficie de la luna Europa,
Dominic de un momento a otro se sintió nervioso, con taquicardia, y sintió una
enorme carga pesada sobre el pecho, como esa sensación de cuando sientes una
increíble cantidad de culpa, y como si de la nada, todas la pantallas de las
cámaras se apagaron, excepto una. Por sobre todas las demás pantallas, la que
quedó encendida fue la pantalla que reflejaba el cuerpo de Rodrick, todo estaba
en calma sepulcral, hasta que de repente, sin razón explícita, el cadáver se
levantó lentamente, muy lentamente, y girando la cabeza hacia una de las
cámaras, que estaba en una de las esquinas de dicha habitación, el cuerpo miró,
simplemente se quedó viendo, y luego de una larga pausa, este giro el cuerpo y
se puso en pie, ya en el suelo, se aproximó muy lentamente hasta la puerta de
salida del laboratorio, y al quedársele vendo, sin saber Dominic si lo que pasó
a continuación fue obra de algo fuera de este mundo o si fue una falla
eléctrica, todas las luces se apagaron.
Dominic, más temprano que tarde corrió
hasta un interruptor de emergencias, un mecanismo que al jalarlo encendía un
sistema completo de luces rojas y que casi no alumbraban, éste, al iniciarlo se
calmó un poco, pero aun así, algo que no cuadraba era que el sistema de radio
seguía aun activo, pero aunque al momento no le prestó atención, empezó a
escuchar susurros, pasos, pisadas, movimientos, y a partir de un momento,
gritos, pero gritos que no tenían nada que ver con algo humano.
Dominic, encerrado por el miedo, empezó a
escuchar una interferencia, como si fuese sonido blanco, pero por extraño que
parezca, con sentido, con un orden, y llegó a distinguir que dichos sonidos
eran como un mensaje transmitiéndose, él no le prestó mucha atención, pero
después de unos minutos, al ir de habitación en habitación, rezando por que no
se encontrara nada horroroso, llegó a una de las salidas, la salida oeste,
pero, al notar que unas pocas luces desde afuera se veían, sintió un
escalofrío, porque dichas luces, dichos destellos, nunca fueron puestos ni por
él, ni por su misión.
Sus ojos se quedaron perdidos viendo aquel
coctel de luces, brillantes, que se veían en la profunda oscuridad, por sobre
la nieve, como una tormenta, se notaba cercanamente al gigante naranja, y el
frío voraz le helaba hasta los huesos. Cuando pudo recapacitar, entró de
regreso a la base, se dio cuenta que allá adentro, por alguna razón, estaba el
pasillo principal iluminado, hasta el final, pero lo que eran las demás alas de
la base, estaban en una oscuridad densa y profunda, a través del silencio, se
escuchaban pasos, pisadas, como si algo estuviera arrastrando cualquier cosa,
además de que se percibía un aroma a podrido en el ambiente. Cuando Dominic se
armó de valor y pudo dar un paso al frente, se dio cuenta de que, al pasar por
las intersecciones y puertas, había algo que no le dejaba quedársele viendo
demasiado tiempo a esos lugares, pero, cuando llegó al final, a la puerta que
daba paso a la sala principal, ahí, al ver horrorizado lo que tenía en frente,
eran los cuerpos de sus compañeros apilados, ensangrentados, pero habían unos
cuantos detalles que hicieron que Dominic vomitara, primero, que todos los
cadáveres estaban sin ojos y con una sonrisa casi de oreja a oreja, también que
había una barra metálica en todo el medio con la cabeza de una de una de sus
compañeras de exploración, pero ella si tenía los ojos bien puestos, pero el
detalle que le causo más repulsión a Dominic, fue que los cuerpos estaban
envejecidos, como si hubiesen estado una eternidad allí, las caras largas y
arrugadas, con olores putrefactos y una sorprendente falta de información,
porque al parecer, los cuerpos a pesar de estar cubiertos de sangre seca, no
habían rastros en el suelo de nada.
Dominic buscó la forma de ir a una cápsula
de escape, para salir de aquel maldito lugar, solo que en el momento de llegar
a la sala de emergencias encontró algo que le dio un macabro vuelco al corazón,
no quedaban ninguna de las cápsulas, todas, por lo visto, estaban ya en algún rincón
del espacio fuera de la luna, temeroso, con ganas de quitarse la vida, se armó
de valor, se puso el traje, e intentó salir y llegar al lugar a donde se
encontró con el cuerpo de Rodrick, al valle con esa enorme torre negra.
Ya afuera, busco un aerodeslizador, una
forma de transporte que le permitiría llegar mucho más rápido, solo que al
momento de estar cerca, pasando las dunas de nieve, tal vez por alguna causa
desconocida, tropezó con algo y cayó rodando en el enorme valle, cuando por fin
pudo detenerse, se puso en pie a duras penas, y observó que se alzaba delante
de él un halo azul, brillante, y de repente, dicho halo se transformó en una
enorme cara, lo más parecido a un rostro humanoide, y este, al verlo con unos
ojos brillantes y rojizos, como si de ellos brotaran llamas, miró a Dominic y
le dijo:
-Tú, tú eres desgraciado,
la ignorancia y prepotencia de tu raza han despertado algo que se encuentra fuera
de su conocimiento, pues, ¡Ea!, grita oh señor de las tinieblas, despierta de
tu sueño eterno y trae el fin a todos los que pueblan este mundo, ¡tú, el
destructor, tú el omega de la perdición! Ven, y ¡Despierta!-
En
eso, la horrida imagen se desvanece y como despertando de un sueño, Dominic se
agita e intenta llegar a la torre, por si hay alguna manera de salir de ese
maldito lugar. Corre, al llegar, parece que hay una puerta, de unos 5 a 6
metros de altura, con una increíble magnificencia, se notaba pesada, muy
pesada, y además, cuando trató de empujarla, notó además que realmente era muy
densa, lo hizo con todas sus fuerzas, y logrando así moverla a penas un poco,
llegó a ver, al estar adentro, que había casi completa oscuridad, y en el
fondo, habían murmullos, sonidos, ruidos que eran causados por cualquier cosa
que él no conocía, algo, como una enorme y peligrosa bestia, algo que estaba
fuera de su entendimiento, y así, casi que por ayuda de una luz azul que
brillaba intermitentemente arriba, en lo más alto de la torre, dicha luz tenía
una forma, como un diamante, que a su vez giraba, daba vueltas, y ayudándolo
esta iluminación, pudo ver como unas especies de escalones, que parecían estar
flotando, y así, al acercarse a ellos, pudo notar que algo estaba detrás de él,
como una especie de ente, o algo que podía observarlo, que podía verlo y hasta
tocarlo, es en este momento que Dominic lo percibe y sube lo más rápido que su
cuerpo le permite, dichos escalones, a la mayor velocidad, y así llegando como
a la mitad, nota que los escalones del principio habían como desaparecido, como
si algo se los tragase, alguna cosa, algún monstruo, o algo peor.
Siguió subiendo como pudo, con una angustia
que se lo comía, que trataba en lo posible de tragársela de alguna manera, pero
la preocupación era demasiado grande para ocultarla, y así, de la mejor manera
que pudo, llegó hasta la cima, en donde una especie de piso flotante lo
mantenía y ahí se encontraba algo, como una especie de rombo en tres dimensiones
que flotaba, como una especie de máquina hecha por seres con millones de años
de evolución, y de la misma manera, Dominic toco esta cosa y de la nada, como
un proyector, en esta sala que parecía una enorme pirámide, se amplió una
especie de mapa del espacio, y en un punto vio que se señalaba con una
iluminación azul el lugar en donde estaba, allí, en la luna Europa, al lado de
Júpiter, flotando, ahí además se veían cientos de estrellas, planetas y
sistemas, y más allá, ahí, se podían ver cientos y cientos de años luz de
distancia, y seguían, y seguían y seguían aún más, parecía que en ese rombo,
estaba contenido un mapa del universo.
La cara de asombro de Dominic era de suma
impresión, podía notar que además, cuando toco Marte, este se agrandó, y en él,
podía notar la ciudad y la región donde vivía, pero de repente, sintió una
turbulencia, como un terremoto, una agitación que movió todo, parecía que un
dios, había despertado.
Rápidamente, casi como un acto de desespero,
Dominic vio en ese techo pirámide, habían espacios pequeños que servían de
ventanas, en eso, se apresuró al ver, que allá, a lo lejos, una gigantesca
masa, como un enorme ente se alzaba, con kilómetros de tamaño, rompía el hielo
de la luna y al parecer, se estaba acercando a donde él estaba.
Como si fuese un intento de huir, toco
varias veces Marte, y creyendo que todo estaba perdido, sintió que el piso
flotante empezaba a ir hacia arriba, y desde las “ventanas”, notó como la
pequeña pirámide en la que se encontraba empezaba a flotar, y a separarse poco
a poco de la torre, en eso vio como el ser gigantesco movía la cabeza mirando a
la pequeña “nave de escape” que se improvisó Dominic, y es ahí, cuando este se
da cuenta que en los lados triangulares de las paredes que también hacían de
techo, notó que estaban escritos unos símbolos, muchos, y ahí cuando estuvo muy
cerca de salir de la luna, la pequeña nave se detuvo y de la nada, arrancó con
una fuerza de vértigo a una dirección, Dominic sintió que las estrellas y la
cúpula celeste alrededor de él se volvía difusa, como si estuviera viajando a
una velocidad muy cercana o superior a la de la luz, en una “nave” al parecer
hecha por seres con miles, de millones de años de tecnología.
Cuando noto que empezó a disminuirse su
velocidad alrededor, observó que había llegado a Marte, pero había un problema,
cuando la nave amarizó, notó que estaba
en algún valle cercano a su ciudad, y al ver, su mirada cambió, como si todos
sus miedos y temores hayan sido remplazados por desolación, vio que la urbe
futurista en la que vivía, al parecer había quedado casi destruida, como si la
ciudad hubiese pasado por un portal que alterara el espacio tiempo y lo
transportase a un futuro excesivamente lejano, y que cualquier catástrofe
hubiese sido la causante de la extinción de la humanidad, en eso, buscó, y
buscó por toda la ciudad algún registro de tiempo, y notó que su traje podía
registrar el tiempo, pasa que en el punto histórico en el que estaba, habían
pasado más de un millón de años.
En
ese momento, cayó de rodillas y observando una foto de su esposa y su hijo,
rompió en lágrimas, y escarbando la tierra, intentó de alguna manera regresar
el tiempo, pero en un punto, con la mirada llena de desolación, supo que era
inevitable, pero en ese momento, por el cansancio, el estrés, el miedo y la
carga emocional, cayó desmayado.
Al despertar, dio casi un salto en la cama
al sentarse, respiraba demasiado hondo y sentía que no podía respirar, sintió
todo el desespero en unos segundos, pero al notar que estaba en una habitación
de servicios médicos en Marte, sintió un alivio, pero eso sí, también sintió
algo detrás de su espalda, y era el rombo que había encontrado en la luna
Europa, ahí, también revisó debajo de la almohada, estaba escrito en un papel:
-Él, el que trae el fin,
él, Zro Gonath, el dios-