viernes, 31 de octubre de 2014

Valor te cuenta una historia de terror para Halloween

                           Pesadillas estelares
    
     

       Allá, hace tiempo, mi abuelo me contaba historias acerca de los viajes espaciales, cosas que aparentemente él vivió como viajante, un explorador en el departamento de exploración de la confederación de regiones, él, como muchos otros exploradores, llegó a vivir ciertas cosas, cosas que lo marcarían de por vida.
    


       Mi abuelo se llamaba Dominic, él, en una misión, en cierta misión que lo dejó en inactividad por unos 2 años, una misión que perturbó a todo el departamento de exploración espacial. La misión, era algo simple, ir a una de las lunas de Júpiter desde la central de Marte, para explorar si habían trozos de hielo para traer agua a Marte, al ser un planeta desértico necesitaba agua, que era, hasta ese punto de lo que tenía que depender de otros planetas.
    


        Dominic, como buen explorador, como buen científico, decidió aceptar la misión, como un contrato que ayudaría a su currículum, así que al momento de iniciar el viaje, él, estaba algo triste, debido a su esposa, y que además tenía dos niños. Por su parte, Dominic estaba lo suficientemente preparado para su partida. Ya saliendo a varios kilómetros de la superficie marciana, Dominic sentía angustia, pavor, debido a que percibía una sensación de lejanía, de posiblemente no volvería.
    


     Pasaron los días, las semanas, casi que un mes, incluso ya con la tecnología de dicha época, se tardaría por la distancia entre estos cuerpos celestes.
    


    Ya muy cerca de la superficie de la luna Europa, la nave estaba alunizando, Dominic, viendo a la deriva de la dicha superficie, realmente, no había visto nada, solo hielo, y más hielo, y más hielo, y, aún más hielo, eran cantidades exorbitantes de material frío, además de que las temperaturas eran sumamente bajas, demasiado, por tanto tenían trajes que soportasen dichos niveles.
    



     Ya teniendo varias horas de estar en la superficie de dicha luna, los exploradores se dispusieron a bajar los aparatos de medición, y demás cachivaches, pero algo que Dominic sentía, es que poco a poco se asentaban ahí mismo, el miedo era mayor, porque sentir que tus gritos no se puedan escuchar, el hecho de que ningún tipo de “guardaespaldas” estuviera con ellos, como si, cuando les pasase algo, nadie sabría nada.
    



        El miedo, cesó, como si de la nada un tsunami se detuviera y se deshaciera, esto debido a que empezaron a ver que dicha luna no era algo del otro mundo, era algo más o menos “habitable”, lo más rudimentario, además de que dicha luna tenía una especie de “oxígeno” porque era una luna de hielo, y habían algunos lagos en donde, gracias a un básico sistema de luminiscencia del sol, parte de los trópicos de la luna, en donde estaban los lagos, se evaporaban, y esto a su vez causaba tormentas, un poco de oxígeno y demás fenómenos naturales que ocurrirían en un cuerpo celeste con agua.
    
    Mientras Dominic se quedaba viendo el albor nevado de aquella visón desde la ventanilla, uno de los exploradores, de hecho, una mujer, Alhura, se le acerco, y casi como seduciéndolo:
-¿Qué te pasa?-
-emm no nada-
¿No, en serio, quiero saber qué te pasa?-
-es solo, que me siento solo, desolado, como si algo pasara y no pudiéramos hacer nada-
-de seguro te afectó la comida deshidratada, tranquilo, nada pasará… aquí…-
   

        En ese momento, Alhura lo va a abrazar, Dominic, casi sintiéndose atrapado no consigue llegar a hacer un “click” de conciencia, no llegaba a “despertar” de cierto letargo, algo que lo mantenía sujeto a algo, como un conjuro de alguna civilización antigua que lo dejase atrapado en la luna Europa, como si toda su vida no hubiese valido nada.
-Dominic, no tienes por qué sentirte así, tranquilo-
-no sé qué hay aquí, no sé qué pasó aquí, pero aun así, me siento intranquili-
-calma, yo estoy aquí-
   


          Casi sintiéndose presionado, Dominic se giró, Alhura y él se quedaron viendo por unos segundos, y casi por una fuerza sobrenatural, ambos se dieron un beso largo y aletargado, con una sensación de calma del cosmos.
    


     Se separaron después de un par de minutos, Alhura se giró, y de reojo miró con una sonrisa lujuriosa a Dominic.
    


        Pasaron unas horas de exploración de las inmediaciones, el frío se apoderaba de los huesos de sus compañeros, pero, mientras él, Dominic, seguía viendo la lejanía del plano cósmico que se alzaba en dicho cielo, además, podían calcular que por ese momento, era de tarde, y allá, a un costado, se podía ver al gigante naranja, su tamaño era simplemente colosal, Júpiter, era el guardaespaldas contra asteroides de los demás planetas en el sistema solar, ahí pensó Dominic, que la vida, “allá afuera” era más que una teoría, una certeza matemática, y que además, al ser así, ¿quién diría que no habría vida allá abajo, de la gruesa capa de hielo que estaban emplazados?, allá en el fondo, ¿quién diría que no podría haber una biología completa allá, con sus distintos tipos de alimentos, especies, fenómenos marinos?, y además, depredadores.
   





        Cuando se estaba haciendo de noche y Dominic se estaba encargando de establecer una red compartida con los emplazamientos en los anillos de asteroides cercanos, para la transmisión de radio, él sintió como si de la nada, uno de sus compañeros de misión le pasase algo, al parecer, un fenómeno cósmico causó que se perdieran comunicaciones con uno de sus compañeros de misión, su señal de radio, la señal de Rodrick, se había perdido o caído, así que desde ese punto sonó la alarma de emergencias en el la base.
    



         Dominic interrumpió los canales privados entre los mismos exploradores y enseguida transmitió el mensaje de emergencia, la voz se le secó un poco, tragó saliva y dijo una y otra vez que Rodrick se había perdido, no había remitido frecuencia ni ninguna emisión de señal.
    



        Cuando Dominic se puso el traje encima y se animó a salir  a ver qué pasó, se dio cuenta que la gente, los exploradores, estaban todos parados enfrente de él, en fila, lo primero que seguro pensó de manera muy ingenua, es que es una broma por parte del grupo, pero no, todos estaban muy serios, con caras hasta de preocupados, incluso llegando a la angustia, y con tono reflexivo Dominic preguntó que, ¿qué había pasado?, el silencio fue mortal, nadie habló, y en ese instante, Malcolm dio un paso adelante y con una voz temblorosa se dirigió a Dominic, diciendo –será mejor que lo veas tú mismo-.
    


       Habiendo seguido Dominic a Malcolm y al grupo completo, llegaron a una ensenada, como si fuera un valle inmenso, claro, lo que fue como un choque psicológico fue que en todo el medio de dicha ensenada, dicho largo valle, había una torre, algo que contradecía a toda lógica, y que en aquel momento destruía todos aquellos estudios, experimentos y demás información habida y por haber sobre la vida en otros mundos.
    



         Se alzaba una torre de aproximadamente 250 a 270 metros de alto, con un color oscuro que contrastaba con lo blanquecino de la nieve, una torre que parecía estar hecha de un material negro, como si fuera piedra y metal, pero que además lo que aterraba aún más todavía es que a los pies del grupo, ahí estaba algo, un cuerpo, el cadáver de Rodrick. Cuando lo encontraron, se dieron cuenta de que la cara y la piel estaban ya todas carcomidas por algo, como si fuera un extraño virus, y que además tenía marcas, ronchas oscuras y de mal parecer por toda la piel, sin duda, esto los marcó.
    



           No faltaría decir que se llevaron el cuerpo de Rodrick, se lo llevaron hasta la nave, ahí, lo dejaron en el sector de análisis, algo que pasó y que perturbó a Jan, una de las mujeres del grupo, fue que ella, que era la encargada del análisis químico de los elementos y objetos y demás cosas que se conseguían durante su expedición es que al momento de revisar el estado biológico del cuerpo de Rodrick es que este se hallaba con niveles altísimos de dióxido de carbono, y además estaba bañado de radiación.
    



        Lo que perturbó aún más todavía a Jan, es que al revisarle los ojos del cadáver estos estaban bañados en algo blanco, la pupila y el iris estaban totalmente blancos, pero lo que causó que ella soltara un grito en cielo es que al momento de abrirle los ojos, estos se movieron y se le quedaron mirando, y, aunque ella estuviese en un rincón, los ojos del cadáver giraron lentamente hasta donde estaba ella, y de repente, se cerraron.
    



          Pasaron unas horas, mientras en el cuarto de cámaras de monitoreo, Dominic estaba chequeando unos datos acerca de la misión, la cual tenía por objetivo investigar la superficie de la luna Europa, Dominic de un momento a otro se sintió nervioso, con taquicardia, y sintió una enorme carga pesada sobre el pecho, como esa sensación de cuando sientes una increíble cantidad de culpa, y como si de la nada, todas la pantallas de las cámaras se apagaron, excepto una. Por sobre todas las demás pantallas, la que quedó encendida fue la pantalla que reflejaba el cuerpo de Rodrick, todo estaba en calma sepulcral, hasta que de repente, sin razón explícita, el cadáver se levantó lentamente, muy lentamente, y girando la cabeza hacia una de las cámaras, que estaba en una de las esquinas de dicha habitación, el cuerpo miró, simplemente se quedó viendo, y luego de una larga pausa, este giro el cuerpo y se puso en pie, ya en el suelo, se aproximó muy lentamente hasta la puerta de salida del laboratorio, y al quedársele vendo, sin saber Dominic si lo que pasó a continuación fue obra de algo fuera de este mundo o si fue una falla eléctrica, todas las luces se apagaron.
    




          Dominic, más temprano que tarde corrió hasta un interruptor de emergencias, un mecanismo que al jalarlo encendía un sistema completo de luces rojas y que casi no alumbraban, éste, al iniciarlo se calmó un poco, pero aun así, algo que no cuadraba era que el sistema de radio seguía aun activo, pero aunque al momento no le prestó atención, empezó a escuchar susurros, pasos, pisadas, movimientos, y a partir de un momento, gritos, pero gritos que no tenían nada que ver con algo humano.
   


      Dominic, encerrado por el miedo, empezó a escuchar una interferencia, como si fuese sonido blanco, pero por extraño que parezca, con sentido, con un orden, y llegó a distinguir que dichos sonidos eran como un mensaje transmitiéndose, él no le prestó mucha atención, pero después de unos minutos, al ir de habitación en habitación, rezando por que no se encontrara nada horroroso, llegó a una de las salidas, la salida oeste, pero, al notar que unas pocas luces desde afuera se veían, sintió un escalofrío, porque dichas luces, dichos destellos, nunca fueron puestos ni por él, ni por su misión.
    




         Sus ojos se quedaron perdidos viendo aquel coctel de luces, brillantes, que se veían en la profunda oscuridad, por sobre la nieve, como una tormenta, se notaba cercanamente al gigante naranja, y el frío voraz le helaba hasta los huesos. Cuando pudo recapacitar, entró de regreso a la base, se dio cuenta que allá adentro, por alguna razón, estaba el pasillo principal iluminado, hasta el final, pero lo que eran las demás alas de la base, estaban en una oscuridad densa y profunda, a través del silencio, se escuchaban pasos, pisadas, como si algo estuviera arrastrando cualquier cosa, además de que se percibía un aroma a podrido en el ambiente. Cuando Dominic se armó de valor y pudo dar un paso al frente, se dio cuenta de que, al pasar por las intersecciones y puertas, había algo que no le dejaba quedársele viendo demasiado tiempo a esos lugares, pero, cuando llegó al final, a la puerta que daba paso a la sala principal, ahí, al ver horrorizado lo que tenía en frente, eran los cuerpos de sus compañeros apilados, ensangrentados, pero habían unos cuantos detalles que hicieron que Dominic vomitara, primero, que todos los cadáveres estaban sin ojos y con una sonrisa casi de oreja a oreja, también que había una barra metálica en todo el medio con la cabeza de una de una de sus compañeras de exploración, pero ella si tenía los ojos bien puestos, pero el detalle que le causo más repulsión a Dominic, fue que los cuerpos estaban envejecidos, como si hubiesen estado una eternidad allí, las caras largas y arrugadas, con olores putrefactos y una sorprendente falta de información, porque al parecer, los cuerpos a pesar de estar cubiertos de sangre seca, no habían rastros en el suelo de nada.
    



          Dominic buscó la forma de ir a una cápsula de escape, para salir de aquel maldito lugar, solo que en el momento de llegar a la sala de emergencias encontró algo que le dio un macabro vuelco al corazón, no quedaban ninguna de las cápsulas, todas, por lo visto, estaban ya en algún rincón del espacio fuera de la luna, temeroso, con ganas de quitarse la vida, se armó de valor, se puso el traje, e intentó salir y llegar al lugar a donde se encontró con el cuerpo de Rodrick, al valle con esa enorme torre negra.
    



          Ya afuera, busco un aerodeslizador, una forma de transporte que le permitiría llegar mucho más rápido, solo que al momento de estar cerca, pasando las dunas de nieve, tal vez por alguna causa desconocida, tropezó con algo y cayó rodando en el enorme valle, cuando por fin pudo detenerse, se puso en pie a duras penas, y observó que se alzaba delante de él un halo azul, brillante, y de repente, dicho halo se transformó en una enorme cara, lo más parecido a un rostro humanoide, y este, al verlo con unos ojos brillantes y rojizos, como si de ellos brotaran llamas, miró a Dominic y le dijo:

-Tú, tú eres desgraciado, la ignorancia y prepotencia de tu raza han despertado algo que se encuentra fuera de su conocimiento, pues, ¡Ea!, grita oh señor de las tinieblas, despierta de tu sueño eterno y trae el fin a todos los que pueblan este mundo, ¡tú, el destructor, tú el omega de la perdición! Ven, y ¡Despierta!-



          En eso, la horrida imagen se desvanece y como despertando de un sueño, Dominic se agita e intenta llegar a la torre, por si hay alguna manera de salir de ese maldito lugar. Corre, al llegar, parece que hay una puerta, de unos 5 a 6 metros de altura, con una increíble magnificencia, se notaba pesada, muy pesada, y además, cuando trató de empujarla, notó además que realmente era muy densa, lo hizo con todas sus fuerzas, y logrando así moverla a penas un poco, llegó a ver, al estar adentro, que había casi completa oscuridad, y en el fondo, habían murmullos, sonidos, ruidos que eran causados por cualquier cosa que él no conocía, algo, como una enorme y peligrosa bestia, algo que estaba fuera de su entendimiento, y así, casi que por ayuda de una luz azul que brillaba intermitentemente arriba, en lo más alto de la torre, dicha luz tenía una forma, como un diamante, que a su vez giraba, daba vueltas, y ayudándolo esta iluminación, pudo ver como unas especies de escalones, que parecían estar flotando, y así, al acercarse a ellos, pudo notar que algo estaba detrás de él, como una especie de ente, o algo que podía observarlo, que podía verlo y hasta tocarlo, es en este momento que Dominic lo percibe y sube lo más rápido que su cuerpo le permite, dichos escalones, a la mayor velocidad, y así llegando como a la mitad, nota que los escalones del principio habían como desaparecido, como si algo se los tragase, alguna cosa, algún monstruo, o algo peor.
    



           Siguió subiendo como pudo, con una angustia que se lo comía, que trataba en lo posible de tragársela de alguna manera, pero la preocupación era demasiado grande para ocultarla, y así, de la mejor manera que pudo, llegó hasta la cima, en donde una especie de piso flotante lo mantenía y ahí se encontraba algo, como una especie de rombo en tres dimensiones que flotaba, como una especie de máquina hecha por seres con millones de años de evolución, y de la misma manera, Dominic toco esta cosa y de la nada, como un proyector, en esta sala que parecía una enorme pirámide, se amplió una especie de mapa del espacio, y en un punto vio que se señalaba con una iluminación azul el lugar en donde estaba, allí, en la luna Europa, al lado de Júpiter, flotando, ahí además se veían cientos de estrellas, planetas y sistemas, y más allá, ahí, se podían ver cientos y cientos de años luz de distancia, y seguían, y seguían y seguían aún más, parecía que en ese rombo, estaba contenido un mapa del universo.
    


          La cara de asombro de Dominic era de suma impresión, podía notar que además, cuando toco Marte, este se agrandó, y en él, podía notar la ciudad y la región donde vivía, pero de repente, sintió una turbulencia, como un terremoto, una agitación que movió todo, parecía que un dios, había despertado.
    



          Rápidamente, casi como un acto de desespero, Dominic vio en ese techo pirámide, habían espacios pequeños que servían de ventanas, en eso, se apresuró al ver, que allá, a lo lejos, una gigantesca masa, como un enorme ente se alzaba, con kilómetros de tamaño, rompía el hielo de la luna y al parecer, se estaba acercando a donde él estaba.
    



        Como si fuese un intento de huir, toco varias veces Marte, y creyendo que todo estaba perdido, sintió que el piso flotante empezaba a ir hacia arriba, y desde las “ventanas”, notó como la pequeña pirámide en la que se encontraba empezaba a flotar, y a separarse poco a poco de la torre, en eso vio como el ser gigantesco movía la cabeza mirando a la pequeña “nave de escape” que se improvisó Dominic, y es ahí, cuando este se da cuenta que en los lados triangulares de las paredes que también hacían de techo, notó que estaban escritos unos símbolos, muchos, y ahí cuando estuvo muy cerca de salir de la luna, la pequeña nave se detuvo y de la nada, arrancó con una fuerza de vértigo a una dirección, Dominic sintió que las estrellas y la cúpula celeste alrededor de él se volvía difusa, como si estuviera viajando a una velocidad muy cercana o superior a la de la luz, en una “nave” al parecer hecha por seres con miles, de millones de años de tecnología.
    



          Cuando noto que empezó a disminuirse su velocidad alrededor, observó que había llegado a Marte, pero había un problema, cuando la nave  amarizó, notó que estaba en algún valle cercano a su ciudad, y al ver, su mirada cambió, como si todos sus miedos y temores hayan sido remplazados por desolación, vio que la urbe futurista en la que vivía, al parecer había quedado casi destruida, como si la ciudad hubiese pasado por un portal que alterara el espacio tiempo y lo transportase a un futuro excesivamente lejano, y que cualquier catástrofe hubiese sido la causante de la extinción de la humanidad, en eso, buscó, y buscó por toda la ciudad algún registro de tiempo, y notó que su traje podía registrar el tiempo, pasa que en el punto histórico en el que estaba, habían pasado más de un millón de años.
    

       En ese momento, cayó de rodillas y observando una foto de su esposa y su hijo, rompió en lágrimas, y escarbando la tierra, intentó de alguna manera regresar el tiempo, pero en un punto, con la mirada llena de desolación, supo que era inevitable, pero en ese momento, por el cansancio, el estrés, el miedo y la carga emocional, cayó desmayado.
    


         Al despertar, dio casi un salto en la cama al sentarse, respiraba demasiado hondo y sentía que no podía respirar, sintió todo el desespero en unos segundos, pero al notar que estaba en una habitación de servicios médicos en Marte, sintió un alivio, pero eso sí, también sintió algo detrás de su espalda, y era el rombo que había encontrado en la luna Europa, ahí, también revisó debajo de la almohada, estaba escrito en un papel:


    -Él, el que trae el fin, él, Zro Gonath, el dios-