Lluyin
y su mágica aventura. Cap.4
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en “Lluyin y su mágica aventura” cap.3
Lo que había visto Lluyin era una
clase de casa que estaba hecha del árbol del cual se levantaba, desde afuera se
le notaban las ventanas amarillas por su iluminación, además de que olía a un
pie de frutas recién horneado, junto con carne, pollo, ensalada arturo, todo
oliendo al mismo tiempo de un banquete digno de duendes y enanos.
Aunque claro, esto poco le paro bola Lluyin y se comió el sello de
chocolate dudoso de la carta de Pedofirrulia, y lo que despertó en Lluyin fue
la cagasón, diarrea, más épica y legendaria de todos los tiempos, un remolino
de mierda voraz que se agitaba con una corriente única y todopoderosa, que
arrastraría a cualquier ser hasta las fauces del averno más oscuro y peligroso
de todos, y que nunca, nunca tendrían un final feliz.
Lluyin: (se come el sello dudoso de chocolate) que es esta vaina,
mmmmmhmmhhhhhhh, sabe como a, hahhaaaaaaaaaaaaaa, mi estómago, coooooño, mi
puto estómago, verga mi barriga, me duele
En esto, Lluyin entra deliberadamente en el hogar de los duendes y al
verlos a todos congelados por el momento, si antes se había escuchado música y
murmullos desde afuera acompañado de un fuerte olor a comida bien preparada,
pues ahora ya no, Lluyin al entrar de brazos abiertos por la "casita de
mierda", todo se detuvo al ver al extraño en frente de ellos.
Lluyin: aaaaaaaaahhhhhhhh, haaaaaaaaaaaa, veeeerga
(todos los duendes lo
miran confundidos no saben que hacer)
Lluyin: aaaaaaahhhhhhhhh, cooooño, como carajo no saben, veeerga, no entienden
mierda cagada por el culantro, coooño
Al momento, todos los duendes señalaron con el brazo hacia una parte de
la casa que era el baño, en eso Lluyin pita la carrera de su vida, ya que esa
"casita de mierda" era realmente mucho más grande de lo que se veía.
Al terminar las tareas y necesidades cagolitrosas ,Lluyin de forma
penosa le da las gracias a los duendes, penosa porque el los trata como si no
supieran hablar, después de su penosa charla, Lluyin al ver que lo entienden
con facilidad habla de forma natural.
Duende: mi nombre es Terricio, nosotros somos duendes del bosque de
krinlagia, una parte de Imaginalia, espero que disfrutes del banquete, si
tienes hambre, bueno, puedes comer lo que desees, también hay cerveza y sangría
Lluyin:
bueno, emmmm, ¿gracias?, de todos modos creo que irrrrrrmmmmmmm ( se queda
viendo y babeando el pollo a las brasas)l pensándolo mejor, yo me quedo
Terricio: perfecto, ahora disfruto un poco de lo que hay, humano cagón
Lluyin y Terricio platicaron por un muy buen rato, hablando de lo que habían
visto, aunque a a Lluyin, le parecía cara de pedófilo el duende, al igual que
Feófulis.
XIV
-Coño
Terricio, y dime, quien coño es la reina autista esa-
En
eso, se impone en el comedor un silencio sepulcral, todos se miran unos a los
otros y en eso responde Terricio, con una voz de puta cagada del miedo.
-A
bueno humano cagón, esa, es la reina sopla-culos, muchos dicen, que rapta niños
y adultos, después (titubea), después ¡les mete un gancho por el culo y los
cuelga como en un matadero!, o al menos eso es lo que dicen-
-aaaaaah,
entonces, para qué carajo quiere que yo vaya a verla-
-tal
vez sea porque ha detectado la presencia de un humano en sus tierras y quiera
sentir las nalgas de un humano, y profanar sexualmente de forma necrófila tu
cadáver maloliente y después…-
-coño
ya, suficiente información, pero, ¿donde vive?-
-dicen,
(señala hacia un mapa que tenía colgado en la pared) que allá, por “las bolas
del gigante” (y si, si parecían dos testículos esas montañas), pasando los
desiertos de arena vaginal, cruzando el bosque de los cagados, y atravesando el
pantano de los pedos pedorros, ahí, en la cima de “la pija de Zeus”, ahí, vive
la reina sopla-culos, junto a su corte del drenaje, es una lugar,
extremadamente lejano, que solo los más valientes se atreven a ir, los que
tienen más huevos-
En
eso a Lluyin se le hace un nudo en la garganta, como si, ya después de tanto
tiempo, haya reflexionado hacia sí mismo, y se haya cuestionado si -¿realmente
tengo las capacidades, las bolas para afrontar esto?-, pues, ya era el momento
en que se preguntase acerca de todo esto, pero ya, era hora.
Pasó
la noche, comiendo y al momento de irse a dormir, se quedó en una habitación
que los enano-duendes le habían brindado creyendo que al fin, un humano, un
salvador había llegado, pero éste, con un techo en parte vidriado, viendo la
luna, mientras el manto tenue de ésta acariciaba su cara, él pensaba qué coño,
haría para lograr lo que tenía que hacer, como lo lograría, después de su
extenuante entrenamiento, después de todo, acaso
¿él se sentía por completo
seguro de sí mismo para llegar a cumplir su misión?.
Los
días pasaron, Lluyin terminaba de explorar las inmediaciones a esa casita
podrida, pero en uno de esos días:
-He
chico, coño, no escucha, ¡mira coño de tu pepa!-
Lluyin
se da vuelta sorprendido, y creyendo que oyó algo.
-mira
cabeza de huevo, acércate-
-qué
coño quieres enano, no ves que estaba haciendo un cobertizo inútil, e
innecesario que jamás pensara en tu puta vida usarlo-
-tengo
algo para ti, ven-
-bueeeeeeno-
El
muchacho se acerca al duende-enano-cosa.
-oye,
ya que, no vas a estar aquí, te irás, y tal vez nunca podamos volver a verte
jamás, pensé que, ya que se acercan las navidades, pensé que sería un gesto de
mi parte, darte esto-
El
enano le entrega a Lluyin un regalo, con su moño y toda la cosa.
-anda,
ábrelo-
-bueno,
emm, (abre el regalo) ¡HOLY SHIT!, en serio!, para mí!, coño gracias
Terrolencio-
-¡Terricio!-
-si
si como sea, coño gracias-
Resulta
que lo que le había regalado el duende al chico fue una armadura, pero algo
que, sinceramente, se veía arrechamente de puta madre, tenía un casco, una
capa, unas botas, un traje de cuerpo completo, además que ya no usaría la ropa
estúpida que le dio Feófulis, porque ya esto era simplemente genial.
Así
que, coño oye, algún día tú mism@ tendrás que contar tus propias historias,
pero bueno, Lluyin estaba listo para encaminarse en su viaje épico, una larga y
coño de madre travesía que harían de él ya, un hombre.
Era
temporada navideña, el frío azotaba las paredes del cuchitril de los
enano-duendes-fetos, y Lluyin al momento de salir por la puerta principal con
su arrechísima armadura, quiso despedirse:
-Bueno,
creo que eso es todo, me tengo que ir-
-Pero
Lluyiiiiiiiin, coño vale quédate, no seas cagón, además esa puta reina
encontrará m´sa gente estúpida con el tiempo-
-No,
feto deforme (voz de novelita cagona), me tengo que ir-
-Pero
al menos, ten esto-
La
mujer del enano le entrego algo envuelto a Lluyin, esto era un al parecer un
alimento envuelto.
-Ten,
humano grosero, úsalo cuando no haya ni mierda que comer, se conserva bien-
-Gracias
vieja, me servirá de mucho-
Y
así se fue Lluyin emprendiendo su viaje, con el amanecer amarillento en un
nevado paisaje estepario, con colinas y montañas a lo lejos, era el momento,
Lluyin iba a llevar a cabo su misión.
Las
cosas le fueron bien, por ahora, ya que al ser temporada de frío, invierno, le
costaba conseguir calor, y caminar por tanto tiempo lo dejaron exhausto, y cada
vez que veía un claro de árboles, se aposentaba y trataba de conseguir algo de
calor frotándose las nalgas. Pasaron así muchos días, mientras intentaba recorrer los largos y
pesados caminos, hasta que llegó, por lo que parecía, las faldas del “Las Bolas
del Gigante”, llegando así a un tramo de arenisca, y a lo lejos, en la propia
montaña azulada, estaba por lo visto, una cueva, así que pensó que podría
concentrar el calor allá adentro.
Lluyin
caminó hacia la cueva, creía que estaba a punto de pasar algo, pero continuó
pensando en el autismo y sus técnicas de supervivencia autista. Al llegar a la
cueva, se dio cuenta de que estaba casi desierta, solo se veía una especie de
lámpara en forma de pija (una deforme), continuó hacia el fondo de una especie
de túnel, el frío lo calaba hasta los huesos, pero de repente algo se le
ocurrió, vio en su pensamiento la cara arrugada de pasita de Feófulis diciendo:
-(En un tono de sueño fantasioso) La magia
Lluyin, la magia, coooñoo, ecoooooo-
Al
momento, Lluyin había aprendido a soltar el hechizo, pero claro, le salió, el
problema fue que le apareció por el lado equivocado el culo. Un pedo de fuego ilumino
al lugar y le calentó el culo a Lluyin, le alivió y rejuveneció su alma como
sus nalgas, ya estaba tranquilo, utilizó su magia para avivar el fueguito cagón
de la lámpara, pero más adelante algo se escuchaba, algo así como una bestia,
Lluyin en el fondo estaba temeroso cagadito, y solo esperaba que fuera su imaginación,
aunque al seguir caminando, sintió que se resbalaba, se aferró a un peñasco y se sostuvo, cuando movió la lámpara, realmente
observo lo que tenía que observar, no era ninguna bestia lo que se escuchaba en
el fondo, sino era, una descomunal cascada.
Voluminosa
y descomunal, era simplemente una maravilla de verdad, Lluyin se sentía como en
unan película solo que esto era real.
Bueno, hasta
aquí el post de hoy, espero que hayan disfrutado de Lluyin y su mágica aventura
capítulo de edición navideña, denle like, comenten, compártanlo no sean egoístas
coño, y hasta la próxima, felices fiestas!